Nubes
De nuevo con la hora filosofica de las desveladas en jueves por la madrugada..... muchas veces me pregunto cuántas son las personas que dejan de ver las nubes pasar por el cielo, en que momento una niña o un niño deja de ver el mundo con esos ojos infantiles, llenos de curiosidad o de imaginacion, cuando en un momento cualquiera una simple roca o una hoja pueden ser el juguete más fantástico del mundo.
Es verdad que uno madura mientras avanza la edad, pero quisiera saber si las personas se dan cuenta de todo lo que se pierde en el camino, y si llega un día muchos muchos años despues, en el que la reflexion llega al punto en el que en verdad notan todo lo que se quedó atrás.
Sabido es que cuando uno llega a la adolescencia o la edad adulta las cosas que nos interesan o nos llenan o nos convienen van cambiando, y a final de cuentas quién tiene tiempo para ver las nubes cuando hay un horrendo examen de Química Analítica Instrumental.
Pero si tan solo pudieramos darnos un momento para ver de nuevo esas formas, esas ideas que se dan en la blancura de las nubes, quizás ese instante se convierta en un instante de tranquilidad, de paz, como cuando solíamos tirarnos al pasto y ver pasar las horas con el viento en el cielo.
O que tal cuando una suave brisa llega de repente y uno puede sentir como hace remolinos en el rostro o entre los dedos, es una sensacion tan curiosa como agradable, alguna vez la has sentido, la habías notado?
Así pues, quizá vale la pena tomarse unos minutos la próxima vez que los problemas nos llenen, y de nuevo respiremos la frescura del viento y al comtemplar las nubes volvamos a ser niñas o niños que... sólo disfrutan de la vida.
Es verdad que uno madura mientras avanza la edad, pero quisiera saber si las personas se dan cuenta de todo lo que se pierde en el camino, y si llega un día muchos muchos años despues, en el que la reflexion llega al punto en el que en verdad notan todo lo que se quedó atrás.
Sabido es que cuando uno llega a la adolescencia o la edad adulta las cosas que nos interesan o nos llenan o nos convienen van cambiando, y a final de cuentas quién tiene tiempo para ver las nubes cuando hay un horrendo examen de Química Analítica Instrumental.
Pero si tan solo pudieramos darnos un momento para ver de nuevo esas formas, esas ideas que se dan en la blancura de las nubes, quizás ese instante se convierta en un instante de tranquilidad, de paz, como cuando solíamos tirarnos al pasto y ver pasar las horas con el viento en el cielo.
O que tal cuando una suave brisa llega de repente y uno puede sentir como hace remolinos en el rostro o entre los dedos, es una sensacion tan curiosa como agradable, alguna vez la has sentido, la habías notado?
Así pues, quizá vale la pena tomarse unos minutos la próxima vez que los problemas nos llenen, y de nuevo respiremos la frescura del viento y al comtemplar las nubes volvamos a ser niñas o niños que... sólo disfrutan de la vida.
1 comentario:
Coincido si! q bonito! y las nubes son lo mejor...
has visto las sombras de las nubes en las montañas..? eso tmb está chido.
Saludos!
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